ACTIVIDAD DE
ESCRITURA-REESCRITURA DEL CUENTO Mr Taylor
Objetivo:
Escribir un cuento inspirado por el cuento Mr Taylor
Instrucciones
generales:
1. Partiendo de la
primera frase en la que el narrador define la historia de Mr Taylor como
“rara”, escribir una historia corta “poco común” que le
ocurre a uno o varios personajes (de la vida real que no sean animales) en base
al campo semántico de la rareza que puede ser desglosado en las siguientes
palabras:
Extraordinario,
singular, poco común
De comportamiento
e ideas extravagantes
Extraño,
sorprendente
Absurdo,
contrario y opuesto a la razón
2. Dicha
historia sirve para denunciar un problema de sociedad
3. Utilizar
en la medida de lo posible la ironía y/o el sarcasmo (exageración)
Pasos específicos
a seguir:
ETAPA DE
SELECCIÓN Y BÚSQUEDA
- Seleccionar un tema de denuncia social (documentarse en la prensa o libros si es necesario)
- Buscar características del período en el cual se sitúa la denuncia
- Seleccionar un lugar (no necesariamente preciso): buscar fotos o documentos que muestren el lugar
- Seleccionar y definir el hecho “raro” que va a ocurrir
ETAPA DE
CONSTRUCCIÓN
- Construir en líneas generales la estructura del cuento según el siguiente esquema:
3.Clímax
2.Desarrollo
1.Planteamiento
4.Desenlace
- Describir el personaje principal . descripción fisica y personalidad en función del hecho “raro”
- Describir el espacio
RAPHAELLE
Muy extraordinaria fue la historia de Pablo Gómez
quien fue Presidente de la República Bolivariana de Venezuela desde 1960 hasta
1990.
Pablo estaba fascinado por el comunismo de Lenin y su sueño era
hacer un comunismo mejor que el de la Unión Soviética en América del Sur.
Guiado por su idealismo de igualdad total y su voluntad de hacer de Venezuela un
ejemplo de igualdad para el mundo entero, Pablo decidió hacerse dictador de
Venezuela. Para eso, reunió un grupo de militares y otras personas e hicieron
un golpe de estado. El 1 de abril de 1960, Pablo Gómez se nombró oficialmente
“Gran Dictador de la República Bolivariana de Venezuela”.
Cuando Pablo tomó el poder, las desigualdades eran
muy grandes en el país y como no podía soportarlo, decidió reunir el mejor
equipo para remediar a esas desigualdades.
La primera medida que tomaron fue la de suprimir los
negocios y reemplazarlos por administraciones de estado que distribuían
alimento, ropa, mobiliario, juguetes para niños… La idea era muy inteligente.
Con esta medida, cada familia tenía exactamente las mismas posesiones, nadie
podía poseer una camiseta más que sus vecinos. Por supuesto, un servicio de
estado tenía la muy importante misión de verificar que nadie tuviera algo más
que lo que era autorizado. Si alguien era cogido in fraganti de tener algo no
autorizado, era asesinado. Era también el caso para el número de hijos e hijas:
un hijo y una hija por familia era la
norma.
La siguiente medida fue imponer los trabajos para
todos los habitantes de Venezuela. Para que todos fueran iguales, la gente
cambiaba de trabajo cada seis meses. Era perfecto, no había desigualdad para
los trabajos y la gente no tenía la aburrida tarea de elegir su trabajo o de
solicitar un empleo.
Después, el dictador se dio cuenta de que habían
diferencias físicas y mentales entre la gente. Para remediar a este problema,
lanzó un gran programa de investigación científica. Después de tres años de
investigaciones, la solución fue encontrada. Transformar toda la población en
robots.
Así, ciudad por ciudad, pueblo por pueblo, barrio
por barrio, Pablo Gómez, Gran Dictador de la República Bolivariana de
Venezuela, y su equipo de científicos transformaron a toda la gente en robots
con una máquina científica muy eficiente. Además, Pablo podía controlar todos
los robots como si fueran personajes de un videojuego.
Pablo estaba muy muy satisfecho de lo que había
cumplido en 25 años. Gracias a él, no había desigualdad, pobreza o hambre en
Venezuela. Había terminado su obra, podía admirarla y jugar con ella. Los
robots construían ciudades muy bellas, por supuesto, todas iguales.
Sin embargo, un día de 1990, los robots mostraron
defectos y empezaron a no funcionar. Pablo no sabía que hacer. No tenía las
competencias para reparar los robots y todos los científicos, como toda la
población, se habían vuelto robots.
Una semana después, todos los robots murieron. En
Venezuela, no había robots y, evidentemente, ya no había seres humanos. Por lo
menos, no había desigualdades tampoco.
Fue con esta feliz imagen de igualdad que Pablo
decidió construir otra sociedad perfecta en otro país. Eligio la China. Sin
embargo, cuando llegó, el dictador de China mató a Pablo Gómez cuando oyó su
discurso.
LUC
El marfil y el ébano
Esta historia ocurre en una época muy antigua,
mucho antes que los Reyes Magos empezaran sus viajes. Los
acontecimientos que voy a contar son tan
singulares y sorprendentes que es mucha suerte que podamos oírlos hoy y sin la
tenacidad y la testarudez de algunas caravanas que nos los trajeron, el secreto
habría podido desaparecer.
La historia se sitúa en la ciudad de Nubia, Méroé,
durante el reinado de Atlanersa que era un rey muy tiránico para quien la grandeza de Nubia era el objetivo último. Hoy
no se puede imaginar la riqueza de esta civilización. Durante el día las calles
estaban ocupadas con una muchedumbre de comerciantes que vendían oro, marfil,
piedras preciosas, alfombras de Persa, incienso y otros tesoros. Por la noche
Atlanersa organizaba gigantescas fiestas con tanta comida que los invitados
tenían que vaciar sus estomago regularmente para terminar.
Pero el rey estaba muy viejo y se preocupaba por su
descendencia. Tenía un hijo que se llamaba Senkamanisken y que no había
encontrado mujer y era uno de los hombres más guapos del país. Todas las
mujeres soñaban con casarse con el príncipe. Atlanersa estaba desesperado y
pasaba sus días recorriendo las calles buscando una mujer para su hijo. Si veía
una mujer guapa solo tenía que chasquear los dedos para que la mujer se
encontrara en la habitación de Senkamanisken. Hacía dos anos que el padre chasqueaba
sus dedos y no solo tenía artrosis si no que el hijo no había tocado a una
mujer todavía.
Perplejo, el rey reunió a sus consejeros.
Mandaron emisarios a los pueblos
alrededor de Nubia y en todo el mundo conocido. Así, llegaron al reino de Saba,
en Fenicia, navegaron en todos los ríos como el Niger o el Congo y hasta el
Indus, visitaron Arabia y Beluchistàn, cruzaron los desiertos cerca de Babilonia,
escaldaron el Hindou Kouch y el Atlas. En todas estas regiones raptaron a las
mujeres más guapas y volvieron a Nubia con ellas. El palacio de Atlanersa y de
Senkamanisken se volvió el harén más gigantesco que el mundo hubo conocido. Los
servidores que trabajaban en el palacio se volvieron locos y un poco demasiados
atrevidos y Atlanersa tuvo que deshacerse de ellos.
Senkamanisken no estaba excitado con tanta belleza
alrededor de él. No podía explicárselo a su padre que no le escuchaba y
entonces un día decidió irse de Nubia para visitar Europa. Habiendo Llegado a
esta parte de la historia tengo que precisar algo muy importante. No es
sorprendente, pero ustedes lectores tienen que saber que en esta época todo el
mundo en Nubia tenía su piel negra como el ébano. Así cuando el hijo volvió de
su viaje y le presentó a su padre un Apolo muy guapo con la piel blanca como el
marfil y el pelo rubio como el oro diciéndole a su padre que iba a casarse con
él, la reacción del rey no sorprendió nadie. Primero, empezó a ahogarse con el dátil que estaba comiendo.
Después llamó a los soldados pero ya no habían soldados por culpa de las
mujeres. Finalmente, como no podía elegir entre la piel descolorida y el hecho
que la mujer de su hijo era actualmente un hombre lo le asqueaba más, se quedó
con la boca abierta incapaz de decir algo.
Senkamanisken y su hombre decidieron irse de Nubia
porque tenían miedo por su seguridad. Pero antes, liberaron a todas las mujeres
del harén quienes intentaron calmar a todos los hombres que habían llegado de
todo el mundo para ver el harén tan famoso. Es por eso que los habitantes de
Nubia fueron tan guapos durante muchas generaciones. El rey Atlanersa quedó con
su boca abierta, demasiado furioso para comer y murió de hambre. Nadie sabe que
ocurrió con los dos jóvenes pero la leyenda dice que como el marfil y el ébano,
cruzaron la tierra para abrir los mentalidades
FATMA
Reyes que comen a
sus niños
Menos rara, aunque sin duda más ejemplar, es la historia de Mrs. Lovetta
Crane, trituradora de bebés en la Escocia de la Edad Media.
Antes, el rey ejerció su derecho sobre ella durante su noche de bodas. Su
marido murió por la felicidad de haber recibido este honor. Él sonrió de manera
que se le paralizó la boca y todo su cuerpo y murió.
Desde ese día Lovetta era la única persona que podía ofrecer buenas tartas
de pera al rey. Ella era hermosa, pero se puso muy fea tras la muerte de su
marido. Además, la viuda se hizo muy conocida y apreciada por su capacidad
única para hacer el postre del rey. Secretamente, se premia al rey por el
bienestar que proporciona a su pueblo. En efecto, era un gran honor
experimentar el derecho de pernada tanto para las nuevas como para los nuevos
novios casados.
Varias veces, se observó que algunos bebés desaparecían cada vez que nacía
una virgen y nunca se encontraron estos bebes. Un día, Lovetta fue de paseo por el
bosque y se enamoró de un hombre llamado Ichabod Todd quién caminaba también.
Lovetta estaba muy feliz porque ya no sería una viuda. La pareja se casó. Tarde
por la noche, Ichabod notó que Lovetta no estaba en casa y no era la primera
vez. También señaló que en los siguientes días un bebe desaparecía. Decidió
seguirla en secreto una noche para confirmar sus dudas. Descubrió que ella
estaba tomando los bebes en un estudio subterráneo y reservaba para ellos un
castigo terrible. Ichabod exigió explicaciones. Pero para no poner en peligro
sus planes y evitar que se revele su secreto, Lovetta lo mató empujándolo en el
molino.
Defender su causa era mucho más importante que sus sentimientos por
Ichabod. Además, Lovetta supo que no iba a vivir para siempre. Por esto, empezó
a buscar a su sucesor que debía tener la misma visión: “es fundamental
transmitir a las generaciones futuras que es importante que los reyes coman a
sus niños”. Su elección se centró en la virgen cuya pareja era muy feliz, la
noche de la boda. Para esta novia, era importante recompensar al rey y se
llamaba justicia. Así comenzó la iniciación…
PIERRE_LOÏK
El alquimista guayanés
No existe historia más singular que la de Sr Flamel, alquimista de tiempos
modernos, en Guyana.
Se dice que en 1880 acabó sus estudios de farmacéutica en Madrid. Le
interesaban las hierbas, sus efectos medicinales y ocultos. Pero no era en la
filantropía, este interés sólo servía para su hipocondría y superstición. Por
eso se fue a Guyana para buscar nuevas plantas y leyendas. Decidió vivir con la
tribu local para aprender los usos medicinales y mágicos de estos nuevos
especímenes. Era un hombre gordo y oscuro, siempre vestido con capas con
capucha como si formara parte de cualquier organización secreta. Su hipocondría
y superstición eran tales que siempre tenía un termómetro en la boca usándolo
como controlador de temperatura y como amuleto también. Por su carácter
temeroso y tímido era conocido como el “médico cobarde”, temía tantos los dolores
como los espíritus de los muertos y se decía que con su ropa temía también el
sol. Tuvo una pequeña tienda, llena de remedios clásicos y tradicionales. La
tribu a menudo iba a verle tanto para curar enfermedades como para maldiciones.
Solía mezclar pociones dentro de la trastienda para hallar remedios cada vez
más potentes. Humos y olores extravagantes salían de su chimenea.
Un día, por la tarde, al pasear por la ribera del rio cerca de su tienda,
vio arena brillante en el suelo. Se inclinó para estudiar el fenómeno, pero se
enganchó los pies dentro de su capa y se cayó como un plomo. De repente, su
fetiche, el termómetro que siempre permanecía en su boca, se rompió en el
suelo. El mercurio del termómetro se mezcló con la arena centellante. Los
elementos se agregaron para formar una gran bola de metal dura. Recogió el
metal después de haber verificado si tenía herida, desde luego. Al regresar a
su tienda y reflexionar, se dio cuenta de que su descubrimiento pudo servir
como ingrediente para su próximo remedio. Por eso, decidió experimentar tan
pronto como pudo. Ya era la noche cuando finalmente alcanzó su casa. Puso el
nuevo ingrediente dentro de su caldero. El metal hirvió y estrellas doradas se
formaron al fondo de su caldero mientras humo plateado se propagó dentro de la
tienda. ¡Era oro! Había logrado encontrar la fórmula para crear oro. Pensaba en
ese momento que era una bendición de los espíritus, de Dios. Era él quien había
sido elegido por su devoción diaria. Pero no podía estar más alejado de la
realidad, acababa de desencadenar los peores demonios sobre la tierra.
Después de su hallazgo, quería que la receta para obtener oro quedara
secreta por temer ofender a los espíritus, así continuaba viviendo normalmente.
Pero su amigo el herbolario de la tribu se dio cuenta de que algo había
ocurrido, al oír disparos y sentir el humo de la loca noche anterior. Entonces,
decidió visitarle para descubrir su secreto. Al entrar en la tienda, el
herbolario sorprendió al Sr Flamel mirando su caldero rodeado de humo plateado.
Pues movió su mirada hacia el caldero y vio el oro recientemente formado. Le
pidió a su amigo explicación. El Sr Flamel le explicó el procedimiento para
crear oro con la promesa de guardar el secreto. El día siguiente cada miembro
de la tribu fue a la tienda para comprar termómetros pretextando una pandemia
de influenza. El Sr Flamel no se le ocurrió inmediatamente que la gente estaba
engañándole porque su hipocondría nublaba su juicio por el temor de estar
enfermo. Finalmente, el Sr Flamel se dio cuenta de la estafa y decidió parar de
vender termómetros. Pero los miembros de la tribu le suplicaron: ¡fracaso!, le
amenazaron con armas: ¡fracaso!, le maldijeron con sus dioses: ¡éxito! El Sr
Flamel reflexionó y se dijo que podría aprovechar de esta situación como
contralaba el suministro en mercurio. Entonces decidió aumentar sus precios
para aprovecharse de la nueva riqueza de la tribu. El éxito era tan grande que a
la gente no le faltaba nada y estaban agradecidos por los dioses. El Sr Flamel,
quien era oscuro y gordo, se volvió un empresario esbelto con mucho carisma,
sus dioses habían desaparecido, sólo quedaba el dinero. Su empresa se
desarrolló hasta el punto de que los termómetros no eran suficientes como para
cobrar la demanda en mercurio.
Fue la primera escasez de mercurio. La demanda era tan alta que la gente
estaba a punto de hacerse la guerra. Entonces el Sr Flamel recordó que su
sobrino Dante trabajaba en las minas de cinabrio en Almadén. El cinabrio era
una piedra roja como la piedra filosofal que supuestamente daba la vida eterna.
De esta piedra se extraía mercurio. El Sr Flamel llamó a su sobrino para
aumentar el suministro de mercurio por oro. Dante aceptó con mucha prisa.
Mientras el negocio era próspero, cada vez más gente le dolía el estómago y
la cabeza. Nuestro alquimista preferido era cada vez más rico por vender
remedios a los advenedizos enfermos. La gente siguió comprando remedios hasta
el punto de que no pasaba un día sin medicación. Los miembros de la tribu se
volvieron famélicos sin dolor por la magia del alquimista, mientras su apetito
por el oro no dejaba de crecer. La obsesión por el oro era tal que nadie se dio
cuenta de que un humo plateado quedaba permanentemente en el pueblo.
Un día, un viajero encontró el pueblo, era difícil ver algo en el espeso
humo plateado. No había ni un alma aquí, el viajero encontró los cuerpos
famélicos en el suelo y el Sr Flamel con su capa roja y sobre su calderón
todavía humeante. Decidió huir de este lugar maldito, abandonado por los
dioses, tierra de demonios y fantasmas, plaza de magia negra.
Así se transmitió la historia de la caída de esta tribu, fue la explicación
que recordaron los ancianos. Pero el Sr Dante conocía la verdad, la obsesión
por el oro se explicaba al principio por simple avaricia y después por la
locura causada por el carácter neurotóxico del mercurio. El aspecto famélico de
la gente era la consecuencia del mercurio también, había perturbado su sistema
digestivo. Pero la real causa de la muerte de la tribu fue el Sr Flamel y su
hipocondría, vendiendo remedios y eliminando el dolor de la gente sólo curaba
síntomas y ocultaba el verdadero mal: el mercurio toxico.
Dante, antes de irse a otro infierno, declaro una elegía: “No hay peor
demonio que el ser humano y su avaricia. La magia siempre tiene un precio la
riqueza por su propia vida. El oscurantismo sigue hiriendo los humanos usando
dioses y espíritus como pretextos para matar a la gente, enriquecerse, tomar el
poder. No hay que buscar el infierno porque ya estamos dentro. Rindo homenaje a
esos locos supersticiosos que se enloquecieron por su avaricia.”
Ricardo
“… En la “favela da Rocinha”, en medio
de la ciudad de Río de Janeiro, una región muy poblada, los habitantes tenían
condiciones de vida terribles. la sociedad estaba organizada en base al “sistema”, compuesto
por los miembros del gobierno, de la policía y de la mafia. El “sistema” somete
a los habitantes a condiciones de explotación y abuso. Todos los servicios
básicos dentro de la favela son controlados e impuestos: suministro de agua,
electricidad, seguros… Los habitantes están obligados a pagar al
sistema, para tenerlos. Los que no pagan los impuestos son perseguidos y
capturados por el sistema, que los roba, tortura y pueden hasta ser asesinados.
En este contexto de represión, la
favela vivió por muchos años. Entretanto, à partir de un cierto tiempo, la
población de la “favela” había crecido mucho, y la superpoblación comenzó gradualmente a
tornarse incontrolable para el sistema, debido a problemas de estructura y
logística para perseguir y capturar a los morosos y también por la falta de
terrenos libres para enterrar a los asesinados. La mafia necesitaba reducir la
población de la favela.
João es un habitante de la “favela
Rocinha” y ha escapado de las persecuciones del sistema por
esta falta de organización. João y su familia son muy pobres y sometidos a
condiciones de vida horribles ; están muy en contra de la situación de
explotación, y por eso no pagan las
cuotas impuestas por el Sistema.
Un jueves hacía frío y João
llegó a su casa, hacia las diez de la noche y estaba cansado debido
al extremo esfuerzo que había hecho en las once horas de trabajo, más las seis
horas de transporte a las que estaba sometido todos los días para ganar su
salario mínimo necesario para llevar la vida humilde que tenía. Percibió un silencio
anormal cuando entró a su casa. Desgraciadamente descubrió los cadáveres
de su esposa e hijos y en la pared estaba escrito « los cargos
impuestos por el sistema ». Esa noche cambió para siempre la vida de
João y también el destino de la favela.
Meses
más tarde, la fiesta de elección de la letra de la canción de la
escuela de samba Carnaval fue anunciada. La comunidad de la escuela de
samba es la única fuente de alivio para los habitantes de la favela, que
viven en este mundo "paralelo" al del resto del país debido a la
reclusión y represión. Para la elección de la nueva letra de samba de
la escuela de Carnaval de la comunidad, cada año hay una fiesta
para la presentación de las letras de cada competidor, seguido de la elección
hecha por los jueces. Los participantes y asistentes se entretienen y se distraen de
sus problemas y sus sufrimientos. Desgraciadamente pocos conocían que
este año el festival era un pretexto de confusión con la intención de matar
y arrestar a una parte de los habitantes para disminuir la población de la
comunidad.
Cuando la confusión y el desorden
irrumpió en la fiesta, João se enfrentó con la situación de
terror. Debido a las persecuciones, él reconoció a los
"organizadores" de la confusión y también a los agentes
involucrados en la represión ; brevemente se dio
cuenta del objetivo de la operación, y se dio
cuenta también de que no escaparía de este
exterminio social por su historial de incumplimiento y protesta contra la
mafia. Fue cuando decidió tener un fin que inspiraría y advertiría a las
personas que seguirían viviendo ...
João subió al escenario y tomó el
micrófono del artista, y comenzó a declarar frases de denuncia,
tristeza y la inspiración a aquellos que lo miraban, al mismo tiempo que
vertía gasolina sobre sí mismo. Empezó a incendiarse, y continuó denunciando la
injusta realidad que todos ellos vivían. la policía comenzó a disparar a su
cuerpo en llamas y sus palabras fueron desapareciendo y saliendo cada vez con
mayor dificultad en medio del fuego. Murió. Su cuerpo terminó de quemarse delante de todos, que observaba
con asombro esta escena tan macabra y espeluznante.
“Fue el
principio del fin”…
Después de este acontecimiento heroico,
la revuelta e indignación fue general, incluso los ancianos y los niños participaron
en las revueltas y manifestaciones. Entre la gente, algo diferente se observó:
los grandes organizadores de las
revueltas se llamaban João, y la oficina de registro de los
residentes comenzó a recibir sucesivas y crecientes solicitudes
de cambio de nombre. El nombre de João se convertía en una identidad de la
comunidad, un signo de esperanza, y sobre todo un factor de cambio en el
comportamiento de los individuos. Cada João asesinado en batallas
sangrientas entre la mafia y las personas inspiraba y
motivaba más a las personas a desafiar y luchar.
Dos meses después del comienzo de las
batallas, los mafiosos de la comunidad comenzaron a ser diezmados. La
atención también se centró en los policías que abusaban de su poder y que
también eran miembros de la mafia. El nombre de João estaba
prohibido, bajo sentencia de muerte. Esta medida no fue
suficiente: brevemente los Joões han dominado el poder y
han establecido nuevas reglas justas y respetuosas, además por otra parte,
los agentes de policía y políticos corruptos fueron expulsados de
la favela da Rocinha...
Esto ha creado tensiones y el temor de
los políticos por el resto de Brasil, ningún político quiere que esto suceda en
su ciudad, estado o país..! (“¿Es porque las personas necesitan buenas
condiciones de vida??” se preguntaba el prefecto de la ciudad del Rio de
Janeiro). Después de tres semanas de debates, el gobierno federal
decidió intervenir. Envió el ejército para derrocar el poder militar
de los Joões.
EN EL DÍA DE LA INTERVENCIÓN, un joven
habitante de un barrio regular de Río de Janeiro, víctima de los abusos de
poder y la corrupción de su país, se ha inspirado en la
historia de esta comunidad que decidieron desafiar las condiciones
inhumanas impuestas y ha repetido el acto heroico y trágico de
João, en medio de la destrucción de toda la comunidad de la favela Rocinha,
el joven gritaba palabras de inspiración, pero esta vez fue
diferente: frente a todas las cámaras que televisaban los hechos de
la intervención militar en vivo en la televisión nacional. Su
nombre era João, y su historia y denuncias fueron seguidas a lo largo
de la nación, fue la inspiración para toda nación explotada. Los
habitantes de la favela Rocinha fueron todos asesinados, sus palabras no. “Las
palabras son armas de alto calibre que pueden minar seriamente las
estructuras sociales, y las ideas son semillas que no dejan de crecer”.
VINCENT
VINCENT
Las mujeres y la tribu
Nuestra
historia ocurre en una época muy antigua, en una tribu que vive en el actual Massachusetts
en los Estados Unidos. Una región muy bella cuyo pueblo se sitúa al lado de un río,
rodeado de colinas verdes. Es una tribu tranquila, que vive de la caza y de la pesca.
Son los hombres quienes se ocupan de eso, las mujeres se encargan de los quehaceres
domésticos, como preparar la comida y de los niños. Bisonte Sagaz es el hijo
del jefe. Es un hombre joven muy orgulloso de ser cazador y mira a las
mujeres con un aire superior. Piensa que no son capaces de nada, que ellas viven
solamente gracias al trabajo de los hombres.
Después
de un invierno duro, el jefe del pueblo murió. Bisonte Sagaz se convirtió en el
nuevo jefe. Estaba muy contento porque quería hacer numerosos cambios en el pueblo.
Decidió que las mujeres no tendrían ningún poder de decisión, que no podrían quejarse
nunca más del comportamiento de los hombres. Ya no podrían decir cosas malas y
tendrían que dar un masaje a los hombres cuando regresaran de la caza. Si no
respetaban estas reglas, tendrían que dejar el pueblo.
Cuando
anunció esta decisión al pueblo, su madre le regañó como a un niño; Bisonte
Sagaz no pudo responderle y bajó los ojos. Ella decidió irse. Bisonte Sagaz
lloró esa tarde, sólo en su tienda. Viendo el comportamiento de la madre de
Bisonte Sagaz, ninguna de las mujeres siguió las reglas y se fueron del pueblo
una a una, hasta que no hubo ninguna mujer. Pero lo que Bisonte Sagaz, en su
sabiduría intemporal, no había previsto, es que los hombres no sabían cocinar,
no sabían ocuparse de los niños. No podían vivir sin las mujeres.
Cuando la situación se volvió insoportable, fueron a buscar a las mujeres y les
suplicaron que los aceptaran de nuevo. Ellas les dijeron entonces que si querían que volvieran, no podían quejarse más nunca del comportamiento de las mujeres. Nunca
más dirían cosas malas sobre las mujeres y tenían que darles un masaje
en cualquier momento del día, cuando ellas lo desearan.
AELA
Muy singular es la historia de M. Smith
que ocurrió en Ecuador al principio de los años 1980.
El país empezaba a
industrializarse y a mostrar un inicio de desarrollo económico en la escena
mundial. El gobierno, queriendo establecerse como actor ineludible en agricultura
en la escena mundial, le daba los fondos necesarios al agrobusiness para que se
desarrollaran. Los enamorados de la naturaleza, siguieron llegando a
Ecuador para cultivar flores en grandes haciendas. Para compartir esa belleza
con el resto del mundo cortaban a regañadientes las flores y las
enviaban al otro lado del mundo. Las haciendas necesitaban mucha agua y, por los
colores y la alegría que daban al país, el gobierno
graciosamente les ofreció el acceso al agua. Ese monopolio del agua privaba a
los pueblos campesinos de lo básico, como el agua para beber y regar, pero
estas cosas son superfluas cuando se vive en un mundo de flores coloridas y
perfumadas.
El pueblo de Pachamama, localizado en
la Sierra, vivía de los recursos que tenía trabajando la tierra. El resultado
de la agricultura bastaba para vivir, y servía incluso para vender al mercado.
El pueblo de Pachamama era un pueblo feliz, satisfecho de su vida en autarquía
en las montañas.
M. Smith, por su amor a la naturaleza,
pensó que este pueblo sería el mejor donde establecerse. Su buen corazón le
dictó que tenía que darle a la comunidad algunas haciendas para mejorar su
medio ambiente. Por el apoyo que M.Smith tenía del gobierno, la comunidad
aceptó sin ningún problema el proyecto del extranjero.
Empezó la construcción, en un terreno
común - cada quien aprovechaba de las flores, entonces parecía normal
requisicionar un terreno de la comunidad – y siguió la instalación
de un sistema de riego que utilizaba la fuente situada en el centro del
pueblo. Y llegó la época de las primeras semillas. A medida que
crecían las flores, decrecían las espigas de maíz, las papas se enrarecían
en los campos. Los campesinos adelgazaban y la falta de agua
llegó al extremo de que las cosechas disminuyeron al cincuenta por
ciento. Cuando los campesinos ya no tenían nada para comer, se paraban en
frente del campo de flores et se quedaban allí, sentados en el suelo,
mirando las flores. El campo de flores rápidamente se transformó en un lugar de
reunión silenciosa, tres veces por día, pues “la belleza es la comida de los
ojos y la pena del amo”.
Mientras tanto, M. Smith con su ambición
por compartir la belleza con todo el mundo, continuó instalando nuevas
haciendas en otras comunidades. En cada lugar donde pasaba, la población dejaba
poco a poco la agricultura para dedicarse a la contemplación de la naturaleza.
M.Smith y los otros aficionados a las flores se habían compartido las fuentes
de agua, y cuando la compañía llegó a madurez, todas estaban explotadas.
Por todas partes del país se encontraban flores y un nuevo tipo de planta parásito,
una mala hierba, el indígena famélico.
A pesar de que la repartición de flores
había favorecido un desarrollo económico sin precedentes,
el país no lograba importar suficiente comida como
para alimentar a toda la población, y sólo el citadino podía
saciar su hambre. Los indígenas, por su conocimiento de la naturaleza y de las
plantas, podían sobrevivir con las bayas que encontraban. Pero los de
la compañía, no tenían nada. Les pidieron a los de la ciudad, pero en tiempos
difíciles cada quien anda por su cuenta y las flores no alimentan a
nadie. Este pensamiento seguramente había pasado por la mente
de M. Smith, pues se encontró el pobre con una flor en la
boca y un tenedor en la mano.
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